Un Procesionódromo para la Ciudad del Futuro.
El
parque vehicular en el país ha crecido sustantivamente. Ya para finales de 2013
se estimaban mas de dos millones y medio de automotores circulando por las
estrechas calles y avenidas de Guatemala. Cuando
estas son tomada por manifestaciones u ocurren
accidentes de gran envergadura en cualquiera de sus puntos, los impactos se dejan
sentir en otros tantos; algo así como el efecto mariposa. Un pequeño tapón en el puente El Incienso se
deja sentir hasta San Lucas Sacatepequez.
Pero
estos son fenómenos aislados que pueden ocurrir con relativa distancia uno de
otro, pero las procesiones son otro tema.
Durante al menos dos semanas cada año, calles y avenidas de las
principales ciudades de Guatemala son tomadas por asalto por las distintas
hermandades que diseñan intrincados recorridos para garantizar que un solo
cortejo procesional circule por las calles hasta por 16 horas. Hay días que salen hasta 3 cortejos
procesionales, lo que solo enreda más el intentar ingresar al centro
histórico.
Digamos
que si usted es de los afortunados de vivir en el centro, pues también tiene el
infortunio de bregar con los distintos tapones creados por quienes elaborarán
una alfombra. ¿Ha notado que incluso
cierran una calle desde tempranas horas de la mañana, por una procesión que
pasará por la noche en ese mismo lugar?.
Entonces, salir o regresar a su casa se convierte en misión imposible y
no digamos si usted necesita movilizarse en su vehículo a cualesquiera de los
extremos de la ciudad, ya sea por trabajo o compromisos familiares.
Ya
con el crecimiento demográfico que Ciudad de Guatemala ha tenido en los últimos
20 años, mantener esta tradición se vuelve inviable, sobre todo si uno piensa
que los católicos van disminuyendo en su calidad de mayoría religiosa en el
país. “Según el análisis, en 1996 el 54%
de los guatemaltecos profesaba la religión católica, contra un 25% de
evangélicos. Pero en el 2013 el cálculo para los primeros se situó en 47%, solo
7% más que el 40% que dijo profesar el protestantismo.”[1] Si la tendencia se mantiene, para el año
2020, los católicos serán minoría: Believe
it or not!. Aunque debo ser
honesto, no creo que eso contribuya en algo a diminuir el número de cortejos
procesionales. Es de esas tradiciones
que van a perdurar.
Es
por ello que, y solo con el afán de estimular la sana convivencia entre los
creyentes, y los que no creen en nada, se hace necesaria la implementación de
un Procesionódromo para Guatemala, el cual puede funcionar en uno o varios
estadios para que simultáneamente en distintos puntos de la ciudad, hayan
varios cortejos el mismo tiempo. Con
ello, las hermandades pueden además de cobrar el turno, agenciarse del dinero
de las entradas e incluso, variarlas de precio de acuerdo a la hora que la
persona ingrese al lugar. En la noche,
sería más caro en tanto se puede disfrutar de la iluminación del anda por ejemplo.
En
el caso de las ventas, se pueden situar en áreas específicas dentro del
recinto, para que los fieles que experimenten hambre engullan las delicias de
la época y de paso, salubridad tenga un mejor control de la calidad y
esterilidad de los alimentos.
Para
evitar atascos en las horas pico del cortejo a inmediaciones del
Procesionódromo, que sería obviamente en la noche y que podría generar
molestias a los vecinos del lugar, se puede habilitar el extenso Campo de Marte
al cual lleguen buses alimentadores del Transmetro para llevar a las personas
de ese punto al lugar donde el cortejo se encuentra. Se genera otro ingreso para la comuna vía el cobro de Q10.00 por parqueo y otro Q2.00 por el costo del uso de transporte.
También,
para que sobreviva el tema de elaboración de alfombras, el mes completo en
pasos en pasos y pedales, cada fin de semana se harían concursos a la mejor elaborada
y más vistosa. Con ello se aumentaría la
afluencia de turistas y curiosos al espacio peatonal, estimulando con ello a
las personas a realizar una larga caminata para apreciar las obras en el
asfalto.
Se
pueden ir incorporando más elementos a la propuesta, pero creo que el concepto
de Procesionódromo podría plantearse seriamente como una respuesta cada vez mas
necesaria para garantizar la fluidez del tránsito en distintos puntos de la
Ciudad de Guatemala. Para sobrevivir en
la modernidad, abrazando las tradiciones, es necesario generar espacios
adecuados para su expresión.
Si
lo piensan bien, el espacio de Procesionódromo puede funcionar en distintos
meses del año como un Manifestódromo.
Porque lo importante es el mensaje y no solo el lugar donde se emite ¿o no?
[1] Artículo: Evangélicos ganan terreno en el país. Recurso
informático: http://www.prensalibre.com/noticias/comunitario/Evangelicos-ganan-terreno-pais-0-1124887528
Comentarios
Publicar un comentario