¿Así Que Quieres Defender Derechos Humanos?


Por: Carlos Fernández del Cid

Twitter: @carlosfercid


Defender derechos humanos es un arte y responde a preceptos fundamentales contenidos en la Declaración de los Defensores/as de Derechos Humanos. El elemento clave, es que la defensa de derechos es esencialmente pacífica y esto, porque el componente de la noviolencia es el principal diferenciador de los grupos que adversan la defensa de cualesquiera de los derechos humanos contenidos en un acuerdo, tratado o convención. 

Las y los defensores de derechos humanos alrededor del mundo, han aceptado que la violencia no es forma de resolver ninguna discrepancia y por el contrario, es la herramienta que utilizan los grupos de poder que adversan sus causas.  Es por ello, que quienes se precian de la defensa y promoción de derechos humanos, promueven ante todo la noviolencia.

Existen posturas que llaman al radicalismo y a la violencia, que pretenden utilizar el “apellido” de defensa de derechos. Simplemente no lo son.  Si bien la lucha y la defensa de derechos humanos es radical, jamás será violenta. Vamos, se puede ser radical sin ejercer la fuerza, opresión, hostigamiento, etc., que caracterizan precisamente a los otros. Es innegable también, que en momentos la frustración, desanimo o simple ira se piense en recurrir a la violencia. Ha ocurrido en diferentes momentos, pero también han sido los mismos movimientos los que han rectificado.

Existen múltiples ejemplos exitosos de lucha y reivindicación de derechos humanos de manera pacífica alrededor del mundo y que son dignos de imitar. Tenemos a un Mahatma Gandhi, a quien algunos le atribuyen la independencia de India en 1947, que se caracterizó durante años por encabezar la resistencia pacífica frente al colonialismo inglés. El líder hindú a su regreso en 1915 a su patria natal después de haber permanecido un período en Inglaterra, fundó la “ciudad” de Ahmedabad, una comunidad en la que fabricaban su propia ropa, calzado, no consumían especias y se rehusaron a las formas de tenencia de la tierra vía la propiedad privada. Gandhi emprendió la cruzada mas importante en la historia de la India que derivó en su liberación y posterior independencia.  Hablar sobre Gandhi sería motivo no de una nota, sino digno de leer su biografía ya ampliamente documentada.  

En Guatemala, tenemos un ejemplo cercano en la denominada “Resistencia Pacífica de la Puya”, quienes utilizando diferentes estrategias de resistencia pacífica, no sin mucho esfuerzo y años de lucha tesonera, lograron detener la actividad minera en su comunidad, ubicada en San José del Golfo. Las personas que conformaron la resistencia pacífica, fueron víctimas de violencia por las fuerzas de seguridad del Estado

El movimiento de la Puya, es por demás emblemático y exitoso. Los dueños de la empresa minera han optado por demandar al Estado guatemalteco ante el Centro Internacional para el Arreglo de Disputas Relativas a Inversiones -CIADI-. El proceso aún está en ciernes y dependerá de Procuraduría General de la Nación y los abogados que designen para el efecto, defender de la mejor manera los intereses del Estado de Guatemala. Lo cierto es que la contaminación por arsénico y otros minerales pesados de los mantos acuíferos subterráneos de la localidad, de momento no se verán afectados por la actividad minera.

No trato de idealizar el trabajo por la defensa y protección de derechos humanos, solo señalo que su inclaudicable apego a las formas pacíficas alrededor del mundo han sido su principal elemento diferenciador frente a los grupos poderosos que oprimen a las mayorías. 

Si usted tiene genuino interés de defender derechos humanos, lo invito a documentarse empezando por la Declaración sobre Defensores de Derechos Humanos.  Es necesario elevar el nivel, entendimiento y acciones que emprendemos en la defensa de derechos y esto es importante, porque en la era de las redes sociales, hay muchas voces que opinan sin necesariamente conocer de derechos humanos o su defensa. Al final del día, se trata de transformar nuestro entorno renunciando a las prácticas de los que han ejercido la fuerza y la violencia. El proceso es lento, sí. Pero nada que sea duradero y verdaderamente radical se hizo de la noche a la mañana.



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