Mucho ruido y pocas nueces (Las redes sociales en Guatemala)

Hay mucha expectativa en relación al poder de las redes sociales y la posibilidad que desde ellas, se incida en aspectos de la vida social y política de un país.  Hay ejemplos en varios lugares del mundo, donde portales como Facebook o Twitter han sido fundamentales para la promoción de la movilidad social. Sin estas redes sociales, no hubiera existido una Primavera  Árabe en 2010 o quizá un Obama gobernando en tierra de blancos.

Cuando se echa un vistazo en la penetración del internet en países de AméricaLatina,  encontramos países que van a la vanguardia y Guatemala no es uno de ellos.  Cuba, con embargo económico y todos los impactos que se pueden tener por esa situación tiene un 28% de su población accediendo a este servicio.   Guatemala, con libertarios, empresarios y todos los beneficios que el capitalismo puede prodigar llega a un modesto 19.7% de población con acceso a este servicio.   Otros países de la región centroamericana aventajan a Guatemala de la misma manera. El Salvador con un 28.5%, Costa Rica con un 84.7%, Honduras un 18.6%. Solamente Nicaragua está 4.2 puntos porcentuales por debajo de Guatemala con un 15.5% de acceso. 

Todos estos datos vienen a colación, por la expectativa que hay en ciertos sectores, del impacto de las redes sociales en Guatemala y el poder que estas pueden tener en el proceso electoral que se avecina.  Me temo que por el momento es poco y me permito poner un ejemplo:

La anulación de la denominada Ley Monsanto se da en el marco de una buena cantidad de rechazo en redes sociales sin duda, pero más influyó las movilizaciones sociales que se gestaron en distintos puntos del país para hacer retroceder a los diputados de sostener la dichosa ley, ya que el costo político de mantenerla y la conflictividad que se avecinaba, fueron suficientes para que metieran al congelador el asunto.

En otros momentos de la vida política del país, las redes sociales se hicieron sentir, como en el caso por Genocidio y todo lo acontecido con la anulación de la sentencia, que provocó un gran rechazo en redes sociales, pero pocas movilizaciones masivas para exigir que se mantuviera la sentencia.  Hubo muchas convocatorias, hastags, y tendencias, pero poca asistencia a la calle.  En mas de alguna movilización “expontanea” convocada en las redes sociales, donde hubo muchos me gusta, voy a  asistir, hastag y retwitteo, la participación fue escasa. ¿Por qué?  Pues porque es mas fácil dar un me gusta, que ir a aguantar sol, frio o hambre.  En ocasiones es mas una pose para verse cool, que una verdadera postura política. 

Si no me creen, recordemos el acto de valentía de Brenda Hernández (@BrendaH2O66) una tuitera y activista de derechos humanos, quien recibió muchos retwitts y apoyos cuando la Corte de Constitucionalidad –CC- planteo dejar en firme el proceso de elecciones a magistrados de las cortes Suprema de Justicia y de Apelaciones denunciado por viciado.  Muchos twitterxs estaban indignados, pero solo a ella le alcanzó el coraje para irse a manifestar el repudio y entrar a la CC pancarta hecha a mano diciendo que 3 magistrados convirtieron a ese organismo en la Corte de la Corrupción. Muchxs dijeron llegar, solo una persona asistió.

Esperar que las redes sociales inclinen la balanza para un lado u otro en la contienda electoral que se avecina, más que erróneo, es fantasioso.  Las adherencias o rechazo que se manifiestan en las redes sociales pueden ser un indicador, pero no el único. Hay otros códigos que aún pasan por la oralidad en la Guatemala profunda. En ese contexto hay que entender a las redes sociales en Guatemala y sin duda, todavía hace falta un largo trecho por recorrer.   Aunque cada día se incorporan mas usuarios de servicios de internet, éste sigue siendo un lujo que pocos pueden pagar.  Los costos de un Smartphone superan por mucho el salario mínimo y mantener activo el servicio de datos ni hablar.


Mientras tanto, se va abriendo brecha y estamos en los albores de las redes sociales. Cuando su penetración sea la adecuada y alcance niveles como los de Costa Rica, podremos pensar que en esa arena se van a ganar o perder batallas políticas. Por el momento en Guatemala, solo es mucho ruido y pocas nueces.




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